Si no puedes con tus enemigos, envenénalos
Agosto 31–2020/ Hechos del Mundo
El envenenamiento a opositores políticos ha sido característico en el gobierno de Vladimir Putin en Rusia. Aunque desde el Kremlin se niegue toda relación con estos ataques, el envenenamiento de Alexei Navalny a mediados de agosto vuelve a visibilizar este tipo de sucesos. Las críticas y acusaciones vuelven a caer directamente sobre el gobierno ruso.
Dos meses después del polémico referendo constitucional que le permite a Putin postularse para la reelección en el 2024 y 2030, un nuevo caso de envenenamiento a líderes de la oposición rusa se presentó. Esta vez la víctima fue Alexei Navalny, reconocido opositor del régimen de Putin, líder del partido político Rusia del Futuro, y fundador de la Fundación Anticorrupción Rusa (FBK).
Su portavoz, Kira Yarmysh, afirma que Navalny fue envenenado en el aeropuerto de Tomsk, Rusia, o posteriormente en el vuelo al trasladarse de esta ciudad a su hogar. Actualmente Navalny se encuentra en Berlín, en coma inducido debido a la gravedad de sus síntomas, mientras se decide si es óptimo trasladarlo a Rusia dependiendo de su estado de salud.
Esta no es la primera vez que Navalny es objeto de ataques en su contra. Y además no ha sido el único de los políticos atacados, los cuales acusan al Kremlin de su realización. En las últimas dos décadas han tenido lugar varios casos de envenenamiento a opositores y disidentes del régimen de Putin.
En 2004 Víktor Yúshchenko -posteriormente elegido presidente de Ucrania- fue envenenado en una cena con oficiales de seguridad ucranianos en medio de su campaña presidencial. Aunque le administraron una dioxina médica, se recuperó rapidamente, y logro ganar las votaciones presidenciales. El exmandatario era líder de oposición, compitiendo contra el candidato elegido por Moscú.
El caso más popular de envenenamiento fue la del exespía ruso Alexander Litvinenko en el 2006. Aunque el Kremlin ha negado tener relación alguna con este caso, los informes de investigación afirman que agentes de seguridad rusos administraron polonio en un té que Litvinenko consumiría, lo que causaría su muerte en noviembre de ese mismo año en Inglaterra. Se afirma que este acto fue aprobado por la cúpula del Kremlin.
En marzo de 2018, Sergei y su hija Yulia Skripal fueron envenenados en la ciudad de Salisbury, Inglaterra. Sergei era un doble agente ruso y debido a diferencias ideológicas en los últimos años con el gobierno, estaba fuera de Rusia. Al exmilitar y su hija fle administraron un agente nervioso de grado militar encontrado en un frasco de perfume. Aunque después de luchar por su vida más de tres meses, ambos lograron recuperarse, pero el agente nervioso cobro la vida de una mujer que había tenido contacto con el militar.
Este mismo año, el activista político Pyotr Verzilov sufrió de envenenamiento. Su fuerte relación con el grupo musical Pussy Riot (grupo que ha sido condenado por Putin debido a sus críticas políticas) y su activismo en contra del Kremlin supusieron las razones de este suceso. Verzilov afirma que esto fue una advertencia para aquellos que quisieran seguir por este camino ideológico.
Esta no es la primera vez que Navalny es atacado con agentes bioquímicos. En el 2017 sufrió dos ataques con tintes antisépticos. Estos tintes tiñen la piel de color, y debido a su composición generan reacciones alérgicas. Posteriormente, tras ser arrestado por protestar en vía pública, Navalny sufrió un detrimento de salud inesperado. Su médica de cabecera informó que Navalny pudo ser expuesto a agentes químicos los cuales ocasionaron dichas complicaciones de salud.
Tras volar de Siberia a su hogar, el activista político se desplomó en medio del vuelo. Funcionarios de seguridad afirman que los habían estado siguiendo y vigilando de cerca, y que el envenenamiento debió darse en el aeropuerto o en el vuelo. Navalny fue trasladado a Berlín, en donde los cometieron a intensos tratamientos para identificar el causante, y además es inducido a coma debido a su grave estado de salud.
Ekaterina Aleynikova, analista y experta en política interna rusa de la Universidad de Cambridge le afirmó a Hechos del Mundo que este envenenamiento ocurrió en un momento crucial para la política rusa, ya que en septiembre se llevaran a cabo elecciones regionales.
“Navalny fue envenenado en el viaje de regreso desde Tomsk, en donde se encontraba reunido con candidatos locales de la oposición, para plantear el voto tactico, estrategia que permite votar por el candidato que tenga mayores posibilidades frente al candidato del gobierno central. La desaparición de Navalny del campo político en este momento significa su incapacidad de seguir en campaña en este momento crítico.”, afirma Aleynikova. Agrega que cuando se aclaren los efectos a largo plazo del veneno, se verán acciones más organizadas de la oposición.
Médicos alemanes afirman que Navalny fue intoxicado por el consumo de una sustancia perteneciente al grupo de la colinesterasa, comúnmente usados para tratar el Alzheimer, pero que en dosis grandes llega a producir neurotoxinas, del tipo novichok, como los utilizados contra Sergei Skripal y su hija. Su estado de salud es crítico aun y los médicos deidirán sobre su posible traslado a Rusia desde el Hospital de La Charité.
Por otro lado, el gobierno ruso afirma que no ha iniciado una investigación debido a que no se tiene claro el tipo de sustancia usada. Leonid Volkov, mano derecha de Navalny, asegura que esta es una estrategia del gobierno ruso para ganar tiempo y dejar que el cuerpo elimine las toxinas. Volkov afirma que al ser sustancias de grado militar y de acceso restringido, altos cargos del gobierno intervinieron. Adicionalmente habla que las críticas recibidas por médicos rusos son parte de una propaganda de cubrimiento del caso, y que el apoyo de Navalny hacia las protestas en Bielorrusia y el sistema de votación táctico que propone su partido para las siguientes elecciones pueden ser una de las razones para que lo envenenaran.
Aleynikova nos menciona que a oficina del Fiscal General ruso afirma que no ve razones para abrir una investigación criminal, mientras que los médicos en Omsk afirman que no hay rastro del veneno que los médicos alemanes encontraron. “De estas afirmaciones oficiales se observa que el Kremlin cree que puede pasar de largo el envenenamiento sin consecuencias para ellos.” Afirma Aleynikova.
Aunque el equipo político de Navalny acusa directamente al Kremlin por este hecho, estos lo niegan rotundamente. La OTAN, y en este caso la Canciller Alemana Angela Merkel y el Ministro de Relaciones Exteriores Heiko Maas afirman que debido al papel de oposición en Rusia que ha tenido este personaje, las autoridades rusas tienen que esclarecer este acto hasta el último detalle, y que lo hagan con total transparencia, para identificar a los responsables y rendir cuentas frente a la ley.
Fuentes
· Ekaterina Aleynikova
Experta en política rusa y Euro-asiática de la Universidad de Cambridge, especializada en política interna rusa, educación, género y equidad. Miembro de Chatham House.